Lógicas en educación - Lógica de la eficiencia, lógica de la Justicia


Existe la idea liberal que el Estado, en donde éste es el nexo neutral entre los intereses individuales que puja cada uno para su interés y un bien común. El único capaz de traducir ese interés individual en interés común es el supuesto Estado que se crea a partir de las revoluciones político liberales de las clases burguesas. 
Si vivimos en una sociedad capitalista, contradictoria, conflictiva, ¿Por qué el Estado rabatiría esto, siendo, puro, neutral y ascético?
Guillermo O´ Donnel dirá entonces acerca del tema que Estado, es una asociación con base territorial, compuesta de conjunto de instituciones y de relaciones sociales, que normalmente penetra y controla el territorio y los habitantes que ese conjunto delimita. Estas instituciones reclaman el monopolio en la autorización legítima del uso de la coerción física y normalmente tienen supremacía en el control de los medios de esa coerción sobre la población y el territorio que el Estado delimita.
El estado procesa y condensa poderes que emergen de la sociedad, así como también genera sus propios poderes, como resultado de lo cual devuelve a la sociedad diversos tipos de políticas públicas. El estado puede ser convenientemente desagregado en al menos cuatro dimensiones. Una es el Estado como un conjunto de burocracias, generalmente organizaciones complejas, tienen responsabilidades asignadas legalmente para la protección o logro de algún presunto aspecto del bien común
El estado es también un sistema legal, un entramado de reglas sancionadas y respaldadas legalmente que penetran y co-determinan numerosas relaciones sociales, tanto en la sociedad como dentro de las burocracias estatales. 
El estado tiene la dimensión de ser o intentar ser, un foco de identidad colectiva, reconocimiento generalizado de un nosotros, que expresa una identidad colectiva distintiva, esta dimensión de expresa como el grado de credibilidad del Estado
Terminamos así, pensando en una dinámica donde los intereses sectoriales, por ejemplo, los grupos feministas que pujan por derecho al aborto seguro, legal, libre y gratuito, previo a que sea una política pública, se encuentra en una arena de disputa política donde un sector de la sociedad que puede llegar a convocar a otros sectores, intenta que su problema sea resuelto por una política pública, porque de otro modo sigue siendo algo particular, del orden individual. Sigue siendo algo puntual, personal, etc. Cuando un sector moviliza recursos materiales o simbólicos y llaman al Estado, se transforma en cuestión estatal y entra dentro de la agenda. De hecho se involucra en un lugar donde ya había problemas estatales, que estaban esperando su turno para ser atendidos por el Estado. Resumimos entonces que una vez que dicha cuestión entra a la agenda se resuelve: o con una política pública o se desaparece de la agenda Estatal y vuelve a foja 0. (Vuelve a ser un problema sectorial-particular). 
Los Gobiernos que asumen toda la estructura de la burocracia estatal en función de la representación pactada también participan de esa puja de poderes, no son libres de hacer lo que quieren.
La justicia y la libertad necesitan un espacio público común, transitado por el qué hacer político, marco de lazos, conexiones y promesas para el futuro, en el que cada hombre pueda insertarse de palabra y obra. (...) La esfera pública se constituye por el discurso y la acción. La configuración ético-política de las políticas educativas implica reconocer la problematicidad constitutiva de la relación entre ética y política como búsqueda incesante y tensión permanente. (Almandoz, 2006)
A la vez, lo público, en sentido estricto comienza cuando con Justicia y libertad, se construye lo común. (Cullen, 1997). 

Habermas (1988) establece una distinción entre una racionalidad instrumental (basada en procedimientos estratégicos eficientes) y una racionalidad normativa (fundada en una racionalidad comunicativa). Ambos tipos representan desde la perspectiva del propio actor, una alternativa entre una racionalidad orientada al éxito (basada en el cálculo de los medios y fines en función de la máxima utilidad), y una racionalidad orientada a la comprensión o entendimiento.

·         Con respecto a un ejemplo en el cual se aplicaría la ley de la eficiencia es el que fue llamado Operativo Aprender, hace un par de años Juan Carlos Tedesco diría: “Necesitamos equidad social para que haya educación”, ante la pregunta de qué opinión le merece la evaluación de calidad educativa Aprender, Tedesco responde que tenemos muchas pruebas: la PISA, que es internacional; la prueba de la UNESCO, que es regional; el Operativo Nacional de Evaluación (ONE), que es nacional; y algunas provincias tienen sus propios sistemas de evaluación. Hace 15 años que venimos con esto. Este es una modificación del ONE, las críticas que se le hacen a este dispositivo se las podríamos haber hecho a todos estos otros desde hace diez o quince años. Hay que seguir midiendo, sin ninguna duda, pero ese no es el problema educativo argentino. Ya sabemos que tenemos problemas con la lectoescritura, sabemos que tenemos problemas con el aprendizaje de ciencias, sabemos que tenemos problemas de desigualdad. En vez de seguir discutiendo cómo medir, discutamos cómo mejorar. Tenemos problemas muy serios en los primeros grados de la escuela primaria con el aprendizaje de lectura y escritura. Allí hay que poner a los mejores maestros, pagar mejores sueldos, formar a los maestros para que enseñen bien a leer y escribir. No son milagros. Gastamos páginas y páginas discutiendo la evaluación, ¿por qué no estamos discutiendo los problemas graves?

Será necesario construir una nueva racionalidad de lo público que se independice de la lógica del mercado, impida sus excesos y suplante sus limitaciones. (Lechner, 1995)
Cullen dirá que se trata de poner el énfasis en criterios de justicia, distribución e igualdad, contra los criterios de eficacia y ajuste.   

Reiteraremos que implica el Informe PISA: El informe del programa internacional para la Evaluación de Estudiantes o Informe PISA (por sus siglas en inglés: Programme for International Student Assessment) es un estudio llevado a cabo por la OCDE a nivel mundial que mide el rendimiento académico de los alumnos en matemáticas, ciencia y lectura. Su objetivo es proporcionar datos comparables que posibiliten a los países mejorar sus políticas de educación y sus resultados, ya que este análisis no se evalúa al alumno, sino al sistema en el que está siendo educado. El estudio se basa en el análisis del rendimiento de estudiantes de 15 años a partir de unos exámenes estandarizados que, desde el año 2000, se realizan cada tres años en diversos países. Aunque es considerado como un sistema "objetivo" de comparación, su formulación está sujeta a muchas críticas, por cuanto es un análisis meramente cuantitativo (Popkewitz, 2013).

·       Otro ejemplo en el cual se aplicaría la ley de la eficiencia es el de terminar con la educación gratuita en las universidades (*ver nota), se enfatiza que no solo hay fallas en infraestructura o en el acuerdo por un "mejor salario"; también se ve, y es lo más preocupante, el rápido decaimiento de calidad en el sistema, con contenidos que no se adecuan a un plan moderno, sino que son impuestos por el Ministerio de Educación, y docentes que no están preparados para asumir su rol de una manera comprometida y responsable. De acuerdo con las pruebas PISA, la Argentina ocupa el puesto 59 en calidad educativa.

 



Educar: ese acto político. Graciela Frigerio. Gabriela Diker.(2006)

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